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La leche humana ofrece al niño el alimento ideal y completo durante los primeros 6
meses de vida y sigue siendo la óptima fuente de lácteos durante los primeros dos años, al ser
complementada con otros alimentos.
Cada leche tiene características propias que la
diferencian significativamente de otras leches de mamíferos y la hacen adecuada a la cría de la
especie. Del punto de vista nutricional, la infancia es un período muy vulnerable, ya que es el
único período en que un solo alimento es la única fuente de nutrición, y justamente durante
una etapa de maduración y desarrollo de sus órganos (Picciano, 2001).
Es un fluido vivo que se adapta a los requerimientos nutricionales e inmunológicos del
niño a medida que éste crece y se desarrolla.
Se distinguen: la leche de pretérmino, el calostro, la leche de transición y la leche
madura.
El calostro propiamente tal se produce durante los primeros 3 a 4 días después del
parto.
Es un líquido amarillento y espeso de alta densidad y poco volumen.
En los 3 primeros días postparto el volumen producido es de 2 a 20 ml por mamada, siendo esto suficiente para
satisfacer las necesidades del recién nacido. La transferencia de leche menor de 100 ml el
primer día, aumenta significativamente entre las 36 y 48 horas postparto, y luego se nivela a
volúmenes de 500-750 ml/ 24 horas a los 5 días postparto.
El calostro tiene 2 g/100 ml de grasa, 4 g/100 ml de lactosa y 2 g/100 ml de proteína.
Produce 67 Kcal/100 ml. Contiene menos cantidades de lactosa, grasa y vitaminas
hidrosolubles que la leche madura, mientras que contiene mayor cantidad de proteínas,
vitaminas liposolubles (E, A, K), carotenos y algunos minerales como sodio y zinc. El
betacaroteno le confiere el color amarillento y el sodio un sabor ligeramente salado.
En el calostro la concentración promedio de Ig A y la lactoferrina, son proteinas
protectoras que están muy elevadas en el calostro, y aunque se diluyen al aumentar la
producción de leche, se mantiene una producción diaria de 2-3 g de IgA y lactoferrina. Junto a
los oligosacáridos, que tambien están elevados en el calostro (20 g/L), una gran cantidad de
linfocitos y macrófagos (100.000 mm3) confieren al recién nacido una eficiente protección
contra los gérmenes del medio ambiente.
El calostro está ajustado a las necesidades específicas del recién nacido:
- facilita la eliminación del meconio
- facilita la reproducción del lactobacilo bífido en el lúmen intestinal del recién nacido
- los antioxidantes y las quinonas son necesarias para protegerlo del daño oxidativo y la
enfermedad hemorrágica
las inmunoglobulinas cubren el revestimiento interior inmaduro del tracto digestivo,
previniendo la adherencia de bacterias, virus, parásitos y otros patógenos
- el escaso volumen permite al niño organizar progresivamente su tríptico funcional,
succión-deglución-respiración.
- los factores de crecimiento estimulan la maduración de los sistemas propios del niño
- los riñones inmaduros del neonato no pueden manejar grandes volúmenes de líquido;
tanto el volumen del calostro como su osmolaridad son adecuados a su madurez.
El calostro, como la leche que lo sucede, actúa como moderador del desarrollo del
recién nacido.
FUENTE LA LECHE HUMANA, COMPOSICION, BENEFICIOS Y COMPARACIÓN CON
LA LECHE DE VACA
Fuente del contenido: Extraído y adaptado de Manual de Lactancia para Profesionales de la Salud. Comisión
de Lactancia MINSAL, UNICEF. Editoras C Shellhorn, V Valdés. Ministerio de Salud,
UNICEF, Chile 1995. |